Tu particularidad vs. Mi particularidad
Hablemos de
la gente muy afortunada que tenemos la dicha de compartir oficina (benditos
aquellos que tienen su PROPIA oficina a puerta cerrada, ya sea empleados o
empleadores) es de sentido común, este término merece su historia por sí sola, que
tratemos de crear un ambiente laboral agradable en el cual desenvolvernos y que
la convivencia con nuestro equipo de trabajo sea lo más cordial y pacífica
posible. Pero hay veces que entre nuestras propias manías y las manías de los
otros, estas convivencias no pueden coexistir.
Propuesta:
que las universidades creen una materia de “conducta en la oficina” separa de
la ética. Es increíble la cantidad de gente que navegamos con la bandera de “así
soy, y ni modo” y ni hablar, al parecer no siempre nos preocupamos para
prepararnos a este tipo reto.
Una de las
pautas para cualquier tipo de relación es ser abiertos y receptivos a las
opiniones y sugerencias de los demás compañeros, en pro de mejorar el ambiente
laboral en la empresa. Pero como demonios le dices a un compañero que deje de
hacer ruido con la pluma! YO INTERIOR: “sencillo, llegas más temprano y escondes
dichas plumas y las reemplazas por unas que no tengan que hacer click, click,
click solo por manía” tras!
Solo para
que el sujeto en cuestión a falta de, empiece a golpear la pluma contra el
escritorio, plop!
Día tras día,
vamos juntando las piedritas en el costal para que entonces un día en que las
reuniones, las llamadas, la realización de informes y otras tareas nos traen de
cabeza, con lo que los nervios están a flor de piel y surgen molestos además de
subidos tonos por cualquier nimiedad. Y entonces Gabs hará kabum! Y en este
estado no soy nada agradable…
Gracias a
Dios nunca me han mencionado acerca de mi comportamiento en la oficina, pero sé
que no estoy exenta de desesperar a mis compañeros. Pero hasta que no me lo
digan no lo puedo corregir!
Creo que
debemos analizar el ambiente en el que nos desarrollamos, para adaptarnos a la
selva en su mejor medida, pero también explorar la manera en la que nos
disgustan las particularidades de los demás y decidir si puedes tolerar o no,
al final del día también es tu selva. Desafortunadamente en mi experiencia el
que trae sus particularidades y no acepta esa exploración para ver si las mismas encajan o no… es un necio, y es
el o la que suele dar lugar a malas relaciones personales, críticas y burlas,
etc.
Pero debo
hacer mención también de los que tenemos el umbral de resistencia más corto, por
supuesto yo una de ellas, desde los ronquidos del mundo, los modales en la mesa
de mis conocidos y ni tan conocidos, las respiraciones gordas con mocos
chifladores, diferentes ruidos emitidos al realizar una actividad, hasta la simpleza
de dejar un sobrecito de azúcar en la mesa no en el bote de la basura (ya
usado, lo juro!), de no reponer el rollo de papel cuando se lo acaban, de
lavarse los dientes y dejar todo el lavamanos lleno de pasta … y el chicle… la
forma de mascar como “tortillera” es para que yo saque un arma y me dé un
balazo…
Pero la de
hoy, fue buena, tengo la fortuna de llegar antes que nadie a mi oficina, así
que ambiento a mi placer, pero el día de hoy me retaron a un duelo de “haber quién
pone mejor música”, porque es que si le molesta mi música LLEGA MAS TEMPRANO! así
podrían ambientar a su placer. Pero el que haya parecido mejor idea el poner su
música y además la mía y actuar como si nada me parece inconcebible.
Por esta ocasión,
y solo por haberme prometido a mí misma que sería mejor persona, escogí no
decir nada y cerrar mi programa de música. Nice me uh?
Pero me
quede con una sensación de molestia e incomodidad. Que de malo había el decir:”Gabs
podría poner música hoy?
Y eh ahí donde
me hice la pregunta: Donde encontramos
las palabras adecuadas para abordar una problemática de particularidad vs. particularidad?
Definitivamente
avecina un problema en mi reino.